08 noviembre 2003

Extrema crueldad, extrema humanidad.

En febrero de 2002 fue asesinado en Pakistán , por fanáticos religiosos, el periodista estadounidense Daniel Pearl, su viuda Mariane acaba de escribir un libro relatando su calvario. Su hijo Adam nació tres meses después de que degollaran y trocearan como un cordero, delante de las cámaras, a su padre.
Ante tanta crueldad y barbarie Mariane, tempranamente convertida al budismo, no ha perdido los valores que compartía con Daniel, lucha a diario para que sus sentimientos positivos prevalezcan.
Desde Rawalpindi, en la prisión central, desde la celda de condenados a muerte, el doctor Mohamed Yunos Sheij espera que le ahorquen acusado de sacrilegio contra la religión, por un comentario inocente sobre los orígenes del islam. Cuando se enteró del asesinato de Daniel, hizo llegar a la joven viuda un mensaje de compasión, de tristeza y simpatía, sin una sola queja por su situación. En lo más profundo del alma humana, la extrema crueldad puede convertirse en extrema humanidad.

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