04 abril 2014

Cuatro duros de mortadela



'Cuatro duros para mortadela', me pedía un señor, sentado en una silla de ruedas, a la puerta de Mercadona. Cuatro duros de mortadela, apenas cien gramos para llenar un panecillo que llevaba en las manos. Y lo extraño es que ese pobre hombre pidiera tan poco. Hoy nadie pide tan poco, y menos mortadela. Todos queremos jamón, y del bueno, buena carne, buen marisco. Y si puede ser, no tan caro como debiera. Y entonces van y nos engañan, nos dan gato por liebre, ternera más carnívora que un tigre de Bengala, pescado alimentado con despojos de gallinas, gallinas alimentadas con harinas de pescado... Pedimos mucho por poco y nos engañamos nosotros mismos y dejamos que nos engañen. Lo único que nos queda ya, de verdad auténtico, es lo barato, la mortadela, por ejemplo, o lo que no tiene precio como el cariño. Cuatro duros de mortadela son cuatro duros de mortadela, y un buen filete de ternera o una buena mariscada, en realidad, no sabemos ni lo que es. Cuatro duros de mortadela es la realidad, pura y dura, lo otro puede ser más falso que Judas.

Publicado en El País, Comunidad Valenciana (13-07-2001).