11 abril 2006

Salvador Paniker

Leo en el País de hoy una reflexión de Salvador Pániker sobre los intelectuales a raiz de unas descalificaciones sobre un intelectual. "Las contradicciones de la vida privada de un creador son indisociables de su obra. La vida de un ser humano real nunca es reducible a una ecuación lineal; al contrario, es caótica, imprevisible, no-lineal."

"Pongamos, pues, las cosas en su punto. Es higiénico y sensato denunciar a los intelectuales fabricantes de utopías capaces de sacrificar a las personas en nombre de las ideas.

Las atrocidades cometidas en el siglo XX nos han inmunizado contra esta clase de prestigios. Ahora bien, aquí sólo se trata de salvar la última autenticidad de los verdaderos creadores. Volvamos al desiderátum de Baudelaire. Obviamente, no se puede ser sublime sin interrupción, pero lo que sí cabe es ese mentado apetito permanente de "verdad total", un apetito que subyace incluso debajo de las mentiras y las bellaquerías. Y eso es lo que finalmente cuenta."