01 enero 2004

Historia y dignidad humana.
( Tema de debate sobre la Historia, promovido por DIALBIT)

La Historia como sucesión inconexa de acontecimientos no le interesa a nadie, sólo interesa en la medida en que se puedan sacar consecuencias, y ciertas leyes, que le den sentido al devenir de la existencia humana sobre este mundo.

La Historia, con sus periodos de turbulencia y de calma, se asemeja a la corriente de un río. De la misma forma que sabemos que el río llegará a la mar, intuimos que la Historia debe llevarnos a alguna parte. Pero hay algo que parece complicarlo todo. Lo que le ocurre a un solo hombre, o a un pequeño grupo, puede ser determinante para el destino de los demás: acontecimientos insignificantes pueden desencadenar hechos determinantes a otros niveles ( como el efecto mariposa en física).

Este hecho, en realidad, puede actuar como factor de simplificación. Algo tan “simple” como la dignidad humana puede que sea la válvula reguladora de la Historia, de la misma forma que lo es en las relaciones humanas: cuando se respeta se introduce un factor de estabilidad, cuando se vulnera actúa como el germen de la turbulencia, de no linealidad y de indeterminación.

Cuanto más aséptico resulte el análisis de la Historia, buscando la objetividad, posiblemente menos se tenga en cuenta algo tan importante como la dimensión humana de la misma.

28 diciembre 2003

En el Paraíso

Nuestra obsesión por hacernos oir, por comunicarnos debe venir de la añoranza del Paraíso Perdido. No puedo imaginar un Paraíso más perfecto que aquel en que cada pensamiento y sentimiento se comunicaban "sin llegar a comunicarse". Sólo pensando o sintiendo se hacían, de inmediato, "públicos" . No existía diferencia entre público y privado, todo debía fluir espontáneamente, sin salir del yo ya era de todos y al contrario.

No había barreras, no había límites...

En la medida que la incomunicación nos hace desgraciados, imagino lo dichosos que nos debía hacer la perfecta comunicación ( amor ) en el Paraíso Perdido.