08 enero 2018

Mi mundo feliz


Mi mundo se encuentra en un universo paralelo a éste y en un planeta llamado Terabithia, que tarda 153 días en dar la vuelta completa a su sol. Es un mundo en el que los humanos se encuentran en perfecta armonía con la naturaleza, con las plantas y con el resto de animales.
Se respeta la biodiversidad y, precisamente, por eso es un mundo con muchas posibilidades de aplicación de las soluciones de la naturaleza a los problemas de la sociedad y del resto de especies que lo pueblan. La naturaleza lleva millones de años encontrando la mejor solución a todos los problemas y aprendemos de ella respetando todos sus recursos vivos.


Existen grupos nacionales que conservan su antigua cultura y su lengua, pero hay un idioma común llamado esperanthio que sirve de vínculo para comunicarse y un gobierno global y democrático en Terabithia. Ya no existen naciones independientes, pues en el pasado fueron el origen de muchas guerras. Todas las diferentes culturas se cuidan y se fomenta su desarrollo: ahora no son fuente de problemas sino un instrumento de unión entre los terabithianos, como debe ser toda expresión de cultura.


Siguen habiendo religiones como antaño, pero se ha llegado a la conclusión que todas adoran a un mismo Dios, aunque cada una lo llama de una forma diferente. Lo primero que se enseña en las escuelas es el respeto a los demás por encima de cualquier idea religiosa: Dios nos ha hecho iguales en derechos y diferentes en aptitudes. También se han eliminado por ello el origen religioso de las antiguas guerras que diezmaron Terabithia.


En el pasado más remoto, en la llamada Edad Salvaje, existió una sociedad llamada de consumo que casi acabó con el planeta y con toda la vida sobre él. Se criaban los animales como cosas, sin respetar su dignidad. Se experimentaba con ellos y se les sacrificaba haciéndoles sufrir innecesariamente, sólo importaban los beneficios, el dinero que se iba a conseguir. Todo eso cambió, se fue adaptando el crecimiento de la sociedad al respeto de todos los seres vivos y se fue desterrando el interés egoísta a favor del interés general y no sólo del interés particular y humano. Al final todos ganamos, porque esa sociedad acabó por tratar igual de mal a los humanos más débiles y más pobres, y ese maltrato y las diferencias de riqueza también fueron el origen de más y más conflictos y guerras.
En Terabithia, como se ha comentado, se respeta la naturaleza y el medio ambiente, por lo que la energía proviene de fuentes renovables: el sol, el viento, las mareas, geotermia, etc. Y las casas se adaptan al entorno optimizando al máximo la energía y aprovechando el reciclaje de todo lo que se consume.


El trabajo más pesado lo hacen las máquinas, tanto en las fábricas como en las calles (tareas de limpieza y mantenimiento) o en las casas. Las personas realizan el trabajo creativo, unas veces en las oficinas (si es necesario) o desde la propia casa. Las empresas se consideran no sólo desde el punto de vista puramente económico, sino también social. Se ha llegado a un equilibrio entre su función social y económica. Ese difícil equilibrio, en el pasado, también fue el origen de graves conflictos que afortunadamente han desaparecido gracias a una buena gestión socio-económica en el día a día.


La familia más primitiva, en Terabithia, estaba formada por dos terabithianos de diferente sexo y su descendencia. En la actualidad existen familias diferentes a la tradicional que son respetadas y gozan de los mismos derechos. En cualquier tipo de familia todos contribuyen por igual, en la medida de sus posibilidades, en las labores domésticas. Existe una educación dentro de la familia y otra educación que se da en el colegio. En esa educación se favorece la imaginación y la creatividad sin olvidarse de una serie de materias educativas necesarias que deben conocerse. Se estudia y experimenta con la ciencia, la técnica y las artes. Se trata de educar con un grado importante de diversión y respeto por los demás. Finalmente, después de mucho tiempo se ha acabado con el acoso escolar, todo aquello acabó con el final de la Edad Salvaje.


La educación ha hecho de Terabithia un mundo feliz, pero todavía es necesaria la policía, afortunadamente su necesidad es cada vez menor. Existe un sistema de derechos y deberes fundamentales de los individuos que permite la convivencia de todos en sociedad. Al alcanzar todos los terabithianos una buena educación los conflictos son mínimos, pero existen porque a pesar de todo no son seres perfectos y una sociedad debe tener eso muy en cuenta. Las penas son proporcionales y siempre pensando en la reinserción del delincuente. La persona y el respeto a la misma está en el centro de todas las leyes, el dinero es importante, pero lo es mucho más su interés social.




Como las máquinas hacen el trabajo más pesado, los terabithianos tienen mucho tiempo para dedicarlo a sus aficiones, a escuchar música, a leer, a pasear y disfrutar con los amigos y la familia, a los deportes, a los juegos, etc. En Terabithia existe una industria del ocio muy floreciente y se fomenta tanto las artes como las ciencias. De hecho, la filosofía y las reflexiones filosóficas más o menos elevadas son muy apreciadas, al igual que los coloquios sobre temas de actualidad y de interés general.


El terabithiano es un ser respetuoso con el entorno, con los otros terabithianos y con los demás seres vivos del planeta. Es feliz teniendo esa relación de respeto y queriendo a su familia y a sus amigos, y considerando que ningún ser vivo es ajeno a él. Porque la vida en Terabithia es una y todos sus seres son hermanos, con mayor o menor capacidad, pero hermanos.


En Terabithia, la medicina y la técnica están muy avanzadas, la gente vive el equivalente a unos 240 años terrestres. Desde pequeños son educados en la comprensión y en el respeto a la naturaleza y a sus ciclos necesarios como son la vida y la muerte. Se vive intensamente, pero se entiende que la vida es mucho más que nuestra propia vida y que la muerte es necesaria para el progreso de la naturaleza.






La muerte se ve como natural, pero ya no se comen a otros animales ni plantas, existe una tecnología capaz de desarrollar proteínas animales y vegetales de forma sintética e industrial sin provocar la muerte a ningún ser vivo. Sin embargo existen grandes extensiones de tierra y de mar que están libres de la influencia humana. En estos parques naturales, los animales y las plantas están en completa libertad y actúan de forma completamente natural. Estos parques son una fuente inagotable de estudios y de observación por parte de los terabithianos, pero sin que éstos se entrometan para nada en su funcionamiento natural.


Estos parques y la propia educación mantienen a los terabithianos pegados a la naturaleza y a sus leyes. Allí unos animales cazan a otros y existe una armonía entre ellos y todo el entorno. La observación y el estudio de la naturaleza salvaje es una fuente de saber y de riqueza en Terabithia.