04 julio 2011


El Príncipe y el gorrión


Parece una paradoja pero la amistad que les brindamos a los
animales nos hace más humanos. El otro día estaba con mi mujer
comiendo en el restaurante El Príncipe de Torrent cuando observé con asombro como un gorrioncillo entraba y se iba a posar sobre una mesa solitaria. En el centro de la misma había un pequeño plato con un loncha de pan con leche. Al preguntarle al dueño me dijo que desde hace meses recibe las visitas de su pequeño amigo el gorrión. De hecho la primera en entrar al restaurante, y establecer
el curioso vínculo, debió ser su madre, que supo encontrar una
forma segura de conseguir alimento para sus polluelos.

En otra ocasión al ir a tomar el desayuno volví a ver la mesa "puesta" y, entre bromas, le comenté al dueño que esa mesa era para su mejor cliente, aunque no pagaba. El dueño me negó que no pagara, y yo le entendí perfectamente: el gorrioncillo sí que pagaba, cada día le
daba su alegría y amistad.


Carta enviada al Levante_EMV (el 01-07-2011). Le gustó al Director y desplazó  a una redactora para hacer un pequeño reportaje de la historia... La historia se publicó el día 5/7/11 con el título:"Una clienta de altos vuelos".