24 febrero 2004

La cueva

El hombre, a lo largo de su existencia ,se ha procurado un entorno cómodo; ha dominado a todas las fuerzas hostiles de la naturaleza hasta conseguir cubrir sus necesidades básicas. Pero en su mundo artificial, creado a su imagen y semejanza, se le ha colado un fantasma de su pasado, una fuerza de la naturaleza que aún no ha conseguido domar: su propia selva interior. Esa selva se manifiesta, cada día, en su relación con los demás seres de su especie, en su nueva lucha por la supervivencia. En esa selva hay fieras, hay predadores que se comen a sus víctimas. Hay tigres y leones, gacelas, erizos, elefantes y girafas. Ocurren cataclismos que llamamos revoluciones sociales o guerras. El frío glacial ya no hace tiritar nuestra carne pero paraliza nuestro corazón y nos resguardamos de su gélido abrazo con el calor de la amistad y el amor. ¿Cómo nos podemos proteger de nosotros mismos?. No podemos, al menos no en la medida que desearíamos. En esa etapa de nuestro desarrollo estamos, todavía, como nuestros antepasados cuando se resguardaban en las cuevas.