11 noviembre 2003

Rayo de esperanza para la paz.

Un rayo de esperanza sobre el conflicto israelo-palestino, Yasir Abed Rabbo, 62 años, portavoz durante más de tres décadas de la resistencia palestina, dejará esta semana de ser ministro de la Comunicación de la Autoridad Nacional Palestina para dedicarse a promover y difundir los Acuerdos de Ginebra, el plan de paz más ambicioso que se ha elaborado jamás en el conflicto israelí-palestino. Estos acuerdos, negociados durante dos años con absoluta discreción con un grupo de pacifistas israelíes, constituyen la herencia política del ministro Yasir Abed Rabbo, un hombre moderado, que siempre ha defendido y creído en la posibilidad de un diálogo.
“Es una reformulación del Plan de Paz. Recoge los reveses y los éxitos de las anteriores negociaciones, desde Camp David a Taba. Pero sobre todo es un documento pragmático, en el que se ha estado trabajando durante dos años. Tratamos de presentar a los Gobiernos una fórmula, la única equilibrada, que puede dar respuesta a todas las cuestiones suscitadas en el conflicto israelo-palestino y que nos puede llevar hasta la paz.”
A_simple_vista se ve que están condenados a entenderse, ojalá que sea lo antes posible y deje de correr la sangre y se alivie el sufrimiento de los dos pueblos. Los gobernantes deben hacer el esfuerzo necesario e imponer la paz.


Contra el tráfico de seres humanos.

Afortunadamente, el rey Mohamed VI ha reaccionado ante la reciente tragedia en el estrecho, hace dos semanas en la que naufragó una zódiac con 50 inmigrantes marroquíes, y ha creado un cuerpo policial especial para luchar contra las mafias de la emigración clandestina. Hace unos días el diario Al Ahdhat al Magrebia y la revista As Sahifa, se habían indignado ante el silencio oficial
Mohamed VI recalcó ayer que "la lucha contra las redes de tráfico de seres humanos debe ser considerada como una prioridad de la acción del Gobierno"( esperemos que así sea y no se olvide). Este tráfico, prosiguió, supone "un atentado fundamental contra la dignidad humana y los derechos más elementales de las personas cuya desesperanza y aspiración a una vida mejor son explotadas sin escrúpulos por redes criminales".
Qué triste mundo este en el que se trafica con todo. En cierta forma parece como si hubiéramos alumbrado un monstruo inhumano, que lo devora todo, para seguir viviendo y creciendo sin mesura: el dinero. Por dinero se es capaz de todo. Su acumulación se ha convertido en un fin en sí mismo y su desarrollo se produce a espaldas, si no a expensas, del propio ser humano.



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