07 mayo 2016

La casa sosegada




Hace unos años, en el suplemento dominical de El País, había una seción dedicada a Antonio Gala que se llamaba la "Casa sosegada". Entonces le envié una poesía que paso a reproducir a continuación:









La palabra, en tu pluma, es poderosa.
Tu casa nos acoge, tú nos hablas
de cariño, de tu perro de tu alma.
En tu hogar con la prosa más hermosa

nos deleitas y elevas, nos confortas.
Escuchando tu sosegada charla
nos mecemos, Antonio, en tu morada
como se mece, al viento, la gaviota.

Cada semana brillas cual mil soles, 
no cedes a la farsa ni al engaño.
Es la casa de todos tus lectores,

el refugio buscado y bien hallado,
lugar donde los pobres corazones
retozan en el más bello remanso.

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