26 noviembre 2004

Sólo humo

Caen las Torres Gemelas y el mundo se acaba. Olemos el humo del café y con ese perfume tan leve el mundo se construye de nuevo. Un soldado americano ametralla a un herido por las espalda en Irak y el mundo se vuelve a derrumbar. Una madre empuja el columpio de su hijo en el parque y con ese balanceo la historia comienza desde el principio. El intrépido José Maria Aznar habla inglés en la universidad de Georgetown y Shakespeare sale huyendo de la tumba. Los dedos sonrosados de un niño teclean un ordenador y en el paraíso todos los diccionarios se recomponen. El mundo se crea o se destruye, se inicia o se acaba todos los días, de forma simultánea, bajo nuestra estricta voluntad... Este estupendo texto es de MANUEL VICENT de su columna de El País del domingo 21/11/04.


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