Se van a cumplir 25 años de pontificado de Juan Pablo II, un papa que ha logrado imponer el pensamiento único en la Iglesia católica. Eso no creo que haya sido bueno ni para la Iglesia Católica ni para el mundo. Cristo estuvo con la gente, con el pueblo de la misma forma en que lo entendía el movimiento de la telogía de la liberación, en Sudamérica. Juan Pablo está en el otro extremo, en el equivocado. Bien es verdad que ha estado contra las guerras, pero creo que podría haber hecho mucho más.
Por otra parte, ha visitado Euskadi el nieto de Gandhi. No se me ocurre mejor escenario en Europa para una visita de este tipo. Como él dice, la paz se extenderá por todo el mundo cuando tengamos paz interior y sepamos dominar nuestra ira y no sólo cuando no haya guerras sino cuando haya justicia y un mínimo de oportunidades para todos. Vamos avanzando pero, por desgracia, todavía queda mucho.
18 octubre 2003
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