11 mayo 2006

Animales.

Ayer me invadió una inmensa tristeza al llegar a casa y ver el jardín. Era el mismo de siempre pero más triste, muchísimo más triste. Chispa, nuestro gatito de cinco años, había muerto la noche anterior. Nació en el jardín y vivió haciendo correrías por los jardines vecinos: el jardín era suyo y formaba parte de el.

Era sólo un animal, sólo un gato, pero yo no podré decirle a Zoe, mi hija de seis años, que el gatito con el que creció, con el que ha jugado como un peluche animado y su amiguito de toda la vida ha muerto. Los próximos días lo seguirá llamando, o haciendo que yo lo llame ( a mi me hacía más caso) . Estoy seguro que él nos estará escuchando, aunque sólo era un gato, un animal.
( interesante reflexión sobre el alma animal, por el medico y filósofo alemán Luis Büchner 1824-1899)

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