De marca, marca
Llevo un reloj de 9 euros marca Tulus, comprado en un chino, loque casi supone una blasfemia y el colmo de la vulgaridad. Habría miles de personas que me tacharían como un ser de la peor calaña. De nada me serviría explicarles que me lo compré de forma provisional y que va como un clavo con el reloj del Telediario. Eso importa poco.Hoy en día, la función de un reloj no es algo tan simple como dar bien la hora. Lo primero es que sea de “marca, marca” y
una vez cumplido este requisito se le puede añadir que vale un riñón. Finalmente no hace falta apuntar que da bien la hora. Se le supone.
En esta sociedad son mucho más importantes las apariencias que el fondo de las cosas. Si alguna vez me hiciera famoso, mis herederos podrían venderlo por una pasta: sería el famoso reloj Tulus de 9 euros, comprado en un chino
17 diciembre 2004
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