09 octubre 2004

Tortilla de patatas.


La doctora Elisabeth Kubler-Ross se dedicó durante años a atender a los enfermos terminales. Y no sólo eso, ha tratado de educar a generaciones de médicos para que vean la muerte de otra forma y para que traten a los moribundos con toda la humanidad que necesitan. Ese trato enriquece al médico y al paciente.

En contraposición a todo esto, recuerdo hace unos años la muerte en el hospital de la madre de un compañero de trabajo. Cuando ya se sabía que no se podía hacer nada por ella, la pobre mujer empezó a pedir que le trajeran una tortilla de patatas. Los médicos que la atendían siguieron proporcionándole la comida de régimen que le estaban dando hasta entonces y fueron totalmente insensibles a los últimos deseos de la mujer.

Mi compañero se ha arrepentido, muchas veces, de haberles hecho caso a los médicos. ¿Cumplieron éstos con su deber como médicos? Yo creo que no, un médico no puede ser bueno si antes que médico no es humano.

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