19 diciembre 2003

Hombres espléndidos.

Estoy leyendo un libro muy especial, las notas que dejó escritas, escondidas en su colchón, un republicano de Alcoy condenado a muerte (Enrique Barberá 1941/1942). Me enteré de su existencia al leer unos preciosos comentarios de Rosa Montero en el País. Su familia supo de las notas de forma casual, porque el viejo y raído colchón permaneció olvidado durante años en el desván.

Permaneció durante meses a la espera de que, en cualquier noche, lo sacaran para fusilarlo ( la operación se llamaba “saca”). En las notas no se observa ningún indicio de odio ni rencor. Tal como comentaba Rosa Montero, se deja traslucir lo más espléndido del alma humana, la luz que no consiguen oscurecer ni las situaciones más terribles.

Mi abuelo José Ruiz Blasco vivió el mismo infierno, en la cárcel Modelo de Valencia.

Hace cosa de un año estuve hablando por teléfono con Marcela Barberá, la hija que con 9 años dejó huérfana Enrique. En aquellos momentos no estaba todavía claro que pudiera editarse el libro pero, afortunadamente, el libro ha podido ver la luz

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