08 diciembre 2003

Contra la ablación

La antropóloga Adriana Kaplan, después de estudiar a fondo y sobre el terreno el problema de la práctica de la ablación en Africa, propone: “ Erradicar la ablación a través del amor, que es el mismo impulso que lleva a las madres a mutilar a sus hijas, porque sólo a través de la comprensión y del respeto al ritual cultural que acompaña a esta práctica se puede acabar con la castración física.”.

Es increible, pero resulta que esta práctica es un fenómeno cotidiano, vivo y mantenido por las propias mujeres. Ellas tienen la idea de que la mujer castrada es una mujer limpia, pura que no contamina los alimentos. La antropóloga, después de convivir 14 años en Gambia y estar integrada nunca ha conseguido que las mujeres más viejas hayan comido ni bebido lo que ella tocaba.

Es una práctica que está muy viva, tiene un sentido social muy fuerte de cohesión de grupo, la ablación funciona como un elemento generoso e incondicional de la entrada social de las hijas, pero se tiene la esperanza de que las niñas que ahora van al colegio no mutilarán a sus hijas. La introducción en el mundo de los mayores necesitará del rito, pero confiemos en que se elimine la castración física.

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